

El modelo penitenciario francés
Francia orienta su sistema penitenciario a la seguridad y al trabajo penitenciario como ejes para conseguir la reinserción y evitar la reincidencia.
Mariam Bataller
Con motivo del criminal atentado para liberar a un narcotraficante en Francia que ha terminado con la muerte de tres funcionarios penitenciarios franceses que custodiaban la conducción, nos han hecho llegar muchas consultas sobre el modelo penitenciario francés y si es extrapolable al nuestro país.
La legislación marco del sistema penitenciario francés es el Código Penal de 1.791 que señala “la prisión es un lugar de castigo pero también de trabajo y educación”; el Código Penal de 1.810 amplia un poco más los principios normativos; y otros textos legales perfilan la orientación de la pena hacia el trabajo. Finalmente la ley de 22 de junio de 1987 abre la posibilidad de otorgar a grupos privados la dispensación de determinados servicios.
Según se deduce no existía una normativa de aplicación general y cada Establecimiento se rige por sus “normas de régimen interior” que están orientadas por el Centro Directivo en función del fin del propio establecimiento y al contingente poblacional que alberga.
La Administración francesa confiere a la Reglas Europeas, firmadas por ese país el 11 de enero de 2006 y por el resto del conjunto de Estados del Consejo de Europa, el marco de acción del Servicio Público Penitenciario, donde el detenido es el centro de las actuaciones y de las prácticas profesionales que se ponen en juego en los Establecimientos penitenciarios. La asunción de ocho reglas fundamentales que inspiran su modelo penitenciario francés, configurarán la orientación del servicio penitenciario, se trata de la acogida individualizada de los detenidos, la separación interior, el mantenimiento de los vínculos familiares, el acceso a las actividades de forma segura, la información jurídica a los detenidos y el accesos a recursos, la gestión ética de las prisiones, la difusión social y la información del rol de la administración penitenciaria y ejecutar un proyecto personal de actuación desde su ingreso y que oriente todo el cumplimiento de la pena.
Los profesionales penitenciarios echaban en falta una norma específica que regulara a fondo la dispensación del servicio penitenciario con una regulación más acorde a la realidad social que se vive y al entorno sociocultural europeo. No existe un Reglamento Penitenciario de general aplicación, viniendo la regulación específica a los distintos reglamentos de régimen interior que rigen en los establecimientos penitenciarios, por lo que se producen situaciones diversas para los internos en función del Establecimiento donde se encuentran asignados.
Fue el 24 de noviembre de 2009, cuando Francia se dotó de una ley penitenciaria que permitía al servicio público penitenciario llevar a cabo sus tres misiones: proteger la sociedad, sancionar los actos individuales y criminales y favorecer la reinserción de los internos. Se puso fin a una cierta forma de “excepción francesa”, ya que las mayorías de los grandes países europeos disponían de una ley penitenciaria actualizada.
El concepto de Seguridad es una de las piedras maestras sobre las que se asienta el sistema penitenciario francés, para la que cuentan con un Estado Mayor con rango de Subdirección General, de constitución en el año 2003, y es un colectivo profesional muchísimo más jerarquizado que otros europeos, y por supuesto más que el español.
El concepto seguridad pretende alcanzar dos objetivos al considerar que la Administración penitenciaria es la tercera fuerza de seguridad pública junto con la Policía y la Gendarmería, se trata pues de un cuerpo en parte armado, algo completamente diferente al modelo civil español.:
Mantiene un vínculo de relación permanente con los Cuerpos de Seguridad, sobre todo en aspectos relativos a crimen internacional, nuevas formas delictivas y terrorismo. Esta área está organizada en tres bloques: crimen internacional y terrorismo, seguridad de las infraestructuras y traslados de internos, fueron precisamente funcionarios de esta área los que sufrieron la agresión mortal del pasado 14 de mayo..
En cuanto al personal cuenta con funcionarios de vigilancia asignados a este servicio, la colaboración del sistema judicial y funcionarios administrativos. La estructura es jerárquica de modo que existe una Unidad Central, unidades regionales y unidades periféricas en los establecimientos penitenciarios. Todos ellos reciben una formación específica en la materia que tienen encomendada; así mismo disponen de Protocolos de actuación elaborados conjuntamente con las fuerzas policiales.
Junto con la seguridad, el trabajo penitenciario se ha configurado como el otro elemento esencial del modelo penitenciario francés. Es una de las orientaciones que confiere el Código Penal a las penas privativas de libertad. El acceso a un puesto de trabajo es uno de los elementos clave que permite suavizar el régimen general de cumplimiento de las penas y superar el régimen celular. Otro de los aspectos del trabajo penitenciario, íntimamente vinculado al punto anterior, es que las externalizaciones de parte de las prestaciones de la Administración quedan vinculadas a la contratación de internos trabajadores por parte de las empresas concesionarias. Como puede verse el modelo español dispone de unos entes instrumentales de la administración que organiza y promueve el trabajo penitenciario, ya sea el organismo autónomo del trabajo penitenciario en el resto del Estado o del CIRE, Centro de Iniciativas para la Reinserción en Catalunya.
El sistema penitenciario francés ha optado por un sistema de gestión mixto en determinadas prestaciones y servicios de los Establecimientos, derivando a entidades privadas prestaciones como la comida, el economato, el mantenimiento, el transporte, la limpieza, el trabajo penitenciario (servicios generales internos o talleres productivos), la capacitación profesional. Se entiende que se gana en especialización, mejoran las prestaciones y supone un recorte en los gastos, al tiempo que libera de compromisos a la Administración, pudiendo dedicar sus recursos a las funciones que realmente son de carácter esencial: la dirección, la secretaría judicial, la vigilancia y la reinserción. El modelo penitenciario francés está implantado desde 1988 y ampliado a los establecimientos de nueva construcción.
En cuanto al régimen penitenciario, será la situación procesal del preso o condenado la que determina su estatuto dentro del sistema penitenciario francés, como en el modelo español. Los preventivos tienen un modelo regimental específico que es distinto al de los penados; estos no están sometidos a un régimen de clasificación en grados, sino que su régimen de vida variará, así mismo, en función de la cuantía de la condena y el tipo de establecimiento a donde sean destinados. La diferenciación de regímenes se adapta a los distintos perfiles conductuales de los condenados. Estos regímenes les ofrecen más o menos autonomía en los desplazamientos en el interior o en el acceso a las actividades o la participación en actos colectivos. Este dispositivo permite garantizar el principio de individualización de la pena, al tiempo que garantiza el derecho a la seguridad de las personas donde la administración tiene un rol de garante como en el modelo español.
Como hemos visto hay importantes diferencias entre los modelo penitenciario francés y el español, pese a compartir un escenario sociocultural homogéneo y estar plenamente integrados en el espacio de justicia y legalidad europeos. Y aunque el modelo de seguridad francés es más restrictivo que el español en cuanto al modelo de régimen cerrado, que incluiría también el régimen ordinario español, es muchísimo más abierto y ofrece más oportunidades desde el modelo de régimen abierto a través de sus Services Penitentiaires d´insertion et de probation, que realizan seguimientos de más de 200.000 penados con un amplio abanico de medidas reinsertoras como la libertad a prueba, la libertad condicional a la que se puede acceder directamente para delitos no graves, el trabajo de interés general o las medidas de control judicial a través de sus más de 300 instalaciones en todo el territorio francés.
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