

Sobre Mariam Bataller. Abogada especialista en prisiones. Su historia
Mi llegada al derecho penitenciario fue poco usual. Es una profesión que siempre había sentido y deseado ejercer, sin embargo, no fue hasta los 48 años que tuve la oportunidad de empezar a dedicarme a lo que me apasiona y que ojalá hubiera hecho toda mi vida.
Me remonto al año 1973, yo tenía 25 años, tres hijos, un marido y dos boutiques. Sinceramente, no estaba demasiado interesada en la política a pesar de ser años muy duros y difíciles, pues la familia, el trabajo y mi juventud, lo absorbían todo (me había casado a los 19).
Entonces, sucedió un hecho que marcó de una forma brutal mi percepción del mundo y que hizo interesarme de repente por la política y por las cárceles: mi cuñado, Josep Monés de el Prat de Llobregat y 112 personas más, fueron detenidos y encarcelados por ser miembros de la Assemblea Nacional.
Mi cuñado estuvo en la cárcel Modelo y ahí fue donde nació mi vocación de Abogada y la de dedicarme exclusivamente al Derecho Penitenciario.
Sin embargo, aún habrían de pasar muchos años hasta ver cumplido mi sueño.
¿Cómo se empezó a fraguar el sueño de Mariam Bataller?
Por aquel entonces, entré en contacto con las monjas Mercedarias y a través de ellas empecé a hacer voluntariado en las prisiones catalanas.
Traté de sacarme el examen de “Acceso a la Universidad para mayores de 25 años”, sin embargo, no llegué a presentarme porque disponía de muy poco tiempo para estudiar y para desplazarme hasta las clases que se impartían en Barcelona.
Por fin, en el año 1993, con mi vocación más latente que nunca y mi vida algo más tranquila, pude estudiar la carrera de Derecho y hacer la Practicas de Derecho Jurídico en el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona.
Casi toda la carrera la hice encerrada en un Convento de monjas de clausura cerca de la Carretera de Les Aigües, pues en mi casa, a pesar de disponer de espacio, me distraía muchísimo y me resultaba imposible estudiar.
¿A qué edad empezó a ejercer la abogacía Máriam Bataller?
A partir de los 50 años empecé a ejercer y siempre me he dedicado a prisiones.
Mi pasión es el Derecho Penitenciario.
Me entusiasma todo lo relacionado con esta difícil y poca agradecida rama del Derecho, nunca me he dedicado a ninguna otra ya que pensé que al haber empezado tan tarde, quizás no tendría capacidad para abarcar mucho y mejor aprender algo bien que saber un poco de todo y mal.
Mariam, ¿qué nos podrías contar del derecho penitenciario?
Tengo que reconocer que es un trabajo muy duro y, muchas veces ingrato.
El ejercicio del derecho penitenciario no tiene nada de glamuroso y es una lucha continua de cuerpo a cuerpo.
Lidias con la Justicia, con la Administración, a veces incluso con el propio cliente, quien por el hecho de estar en prisión se encuentra francamente mal y no siempre puede ser amable con su abogado. En realidad, todo eso no importa, a veces piensas que es injusto, que no puedes más, sin embargo, al día siguiente ya ni te acuerdas porque es un trabajo vocacional y cuando consigues los objetivos es una satisfacción indescriptible.
Conseguir la libertad de un preso es equivalente a lo que siente un médico al salvar la vida de un hombre en un quirófano.
Sólo por eso ya vale la pena ejercer el Derecho Penitenciario.
Qué destaca Mariam Bataller de esta rama del derecho.
El problema de esta rama del Derecho es que todas las situaciones son dramas muy potentes. Si eres una persona sensible, acabas llevándotelos a casa, y si no lo haces, si no te haces el problema como tuyo y lo tratas con empatía, no progresas.
Sólo la dedicación al 100% en cada tema hace que obtengas éxitos y, sinceramente, no es nada fácil obtenerlos con la enorme cantidad de vallas que hay que saltar una vez se pierde la libertad.
Siempre he pensado que abusamos de las condenas de prisión; hay muchos hombres y mujeres que bien podrían cumplir la pena en semilibertad. Pero bueno este ya es otro tema.
¿Durante tu carrera has conseguido algún cargo honorífico?
He sido Presidenta de la Comisión de Derecho Penitenciario del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona durante casi 13 años. También Vocal del Consejo General de la Abogacía de Madrid de la Subcomisión de Derecho penitenciario. Es decir que a pesar de empezar tarde he aprovechado mucho el tiempo. He conocido a gente y compañeros maravillosos, he hecho multitud de amigos, he tratado con Jueces, Magistrados, Fiscales, gente de la Administración los cuales me han aportado mucho y de los que he aprendido muchísimo.
Ya por último, manifestar que me siento inmensamente feliz ejerciendo mi profesión. Solo cosas buenas puedo decir.
¿Cómo es el sistema penitenciario Catalan?
El Sistema Penitenciario catalán, que tiene transferidas las competencias de Justicia desde el año 1984, ha sido un referente en Todo lo referente a prisiones. De hecho, el País Vasco ha querido copiar nuestro modelo.
Desde el año 1973, las cosas han cambiado mucho. Evidentemente, no teníamos ni Constitución, sin embargo, no pensemos que ya está todo hecho. Cada día hay que intentar mejorar la situación de nuestros presos y luchar junto con todos los Órganos Jurídicos para avanzar más y más.
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